La ascension al Alpe D'Huez nos dejó una escena poco inusual en el ciclismo. Una zancadilla de un aficionado a otro; a uno de esos que, pese a las advertencias, corren detrás de los ciclistas poniendo en peligro la integridad física de los mismos. El guarrazo fue tremendo y a punto estuvo de acabar en una pelea. No es el major método pero bienvenido sea si sirve para desterrar de las carreteras a estos aficionados fingidos que lo único que desean es obtener sus segundos de gloria en television.
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