Veinticinco segundos le bastaron al chipriota Marcos Baghdatis para destrozar cuatro raquetas, las dos últimas, sin haber retirado siquiera el plástico que las protege. El 'raquicidio' era jaleado, a cada trompazo que daba al suelo, por su ruidoso grupo de seguidores griegos mientras las cámaras de televisión y los fotógrafos no perdían detalle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario