Blake Griffin firmó uno de los mates más salvajes e increíbles de la temporada en la NBA. El pívot de los Clippers, tras pase y continuación con Chris Paul, saltó desde más allá de la bombilla y con una fuerza sobrenatural llegó a la canasta para machacar, una acción que puso en pie a los casi 20.000 espectadores del Staples Center.
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