martes, 22 de mayo de 2012

Tymoshchuk alimenta a los supersticiosos



En Múnich, según pasan los días, los focos dejan a un lado a Robben o Swanstaiger y se centran en Anatoliy Tymoshchuk.  El defensa ucraniano del Bayern profanó una de las reglas de oro en cualquier final: no tocar nunca el trofeo antes del partido. Como demuestran estas imágenes, Tymoshchuk  acarició a la ‘orejona’ nada más pisar el césped, cuando los dos equipos se dirigían al centro del campo para escuchar el himno de la Liga de Campeones. En Alemania, los más supersticiosos ya han encontrado culpable.

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