El 12 es el número que normalmente se asocia a la afición. Es el dorsal que se asigna habitualmente a los aficionados como resultado del apoyo de éstos desde la grada. Este seguidor uruguayo, sin embargo, le quiso dar una vuelta de tuerca a la expresión y, ataviado con los colores de su selección, saltó al terreno de juego para convertirse en un jugador charrúa más. El espontáneo estuvo a punto, incluso, de hacerse dueño de un balón dividido. Sucedió en el amistoso entre las selecciones de Alemania y Uruguay.
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