Luis Suárez y sus piscinazos habían sido los protagonistas antes del derby entre Liverpool y Everton, y también lo fueron durante el partido, pero no por simular una falta, sino porque el delantero uruguayo recurrió a ellos como celebración tras marcar un gol.
El atacante charrúa había sido criticado duramente durantes las últimas semanas por simular constantemente faltas y una de las voces que más le atizó fue la de David Moyes, entrenador del Everton. Por ello, y como venganza, tras marcar su gol, Luis Suárez corrió hacia el banquillo del Everton y se dejó caer frente al entrenador escocés de los Toffees.
El técnico del Everton ha entendido la irónica celebración de Luis Suárez e incluso le ve gracia. "Pensé que estuvo bien. Me gustó y es la clase de cosa que yo hubiera hecho si hubiera marcado", declaró Moyes tras el partido que terminó con empate 2-2 entre los dos equipos de la ciudad de Liverpool.
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