Cuanto menos problemas tenga un futbolista en la cabeza, mucho mejor. Mal anda un jugador si en el transcurso de un descanso de un encuentro de Liga de Campeones tiene que descalzarse unas botas para volver a calzarse otras iguales pero de una marca diferente. Es lo que le sucedió a Mesut Özil ante el Borussia.
El jugador alemán, que regresaba a su país con el Real Madrid, se encontró ante un problema inesperado: sus botas. El centrocampista recibió escasos días atrás una querella por querer romper su contrato con Nike para firmar con Adidas. Para evitar que la situación fuera a mayores, ante el Borussia decidió jugar cada parte con una marca.
Durante la primera parte, el internacional germano jugó con un modelo Mercurial Vapor VII de Nike, mientras que en lo segundos cuarenta y cinco minutos salió al campo con unos Adidas Predator LZ.
La demanda de Nike ha dado lugar a que el jugador haya optado por una decisión diplomática. Su intención unilateral de romper con la marca norteamericana ha provocado que la compañía presentara una demanda contra el jugador. De hecho, esta petición fue atendida por un tribunal de Amsterdam, que le obligó a disputar los pasados partidos internacionales con Alemania con unas botas sin marca.
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