¿Es lo que parece o todo es fruto de mentes mal pensadas? Cuesta pensar que Casillas obrase con tal intención pero es difícil desmentir a las imágenes. Pónganse en situación: túnel de vestuarios en los prolegómenos del APOEL-Real Madrid. Los jugadores de ambos equipos esperan saltar al terreno de juego con un niño cogido de la mano como es habitual en la máxima competición continental. Durante la espera, Casillas se hurga su nariz con el fin de extraerse algún moco que le molesta. Acto seguido, tras una amago de revisión de sus botas, Casillas acaricia la cara del niño que le acompaña con la misma mano con la que ha manipulado sus fosas nasales. Para rematar la faena, el capitán blanco acaba, como diría Hugo Sánchez, acomodándose sus partes.
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