Con 94-96 favorable a los Lakers y 8,3 segundos por disputarse, los Nets iban a recuperar la posesión del balón pero no tenían tiempos muertos, por lo que a su entrenador, el ex jugador Jason Kidd, se le ocurrió pedir a Tyshawn Taylor que le golpeara (“Hit me”) con el fin de verter su refresco en la pista y conseguir un tiempo adicional para preparar la jugada.
Siguiendo con la situación bizarra, el asistente de los Nets Tim Welch reunió a sus jugadores y sacó la pizarra para explicar la próxima acción de ataque mientras dos jugadores rivales, Steve Blake y Wesley Johnson, formaban parte del corrillo para saber qué planeaban sus rivales. Todo muy surrealista.
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