Es triste pero el fútbol es así. Un gol de libre directo, una asistencia y un repertorio de lo más variado en regates se ven relegados a un segundo plano por un desafortunado gol en propia puerta. Eso es lo que le ha sucedido a Gareth Bale en el encuentro Tottenham-Liverpool.
El galés protagonizó un gol cómico de la forma más involuntaria. Su compañero Aaron Lennon despejó sobre la línea de gol con la mala suerte que el pelotazo fue a parar a la cara de Bale. La fuerza del balonazo no solo tiró al suelo al jugador de los Spurs sino que el rechazo acabó introduciéndose en su portería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario