El encuentro entre el Granada y el Athletic de Bilbao dejó una de las imágenes más curiosas de la jornada. En la reanudación tras el descanso, Muñiz Fernández no comprobó si Gorka Iraizoz había ocupado su posición antes del pitido inicial. El portero del Athletic aún estaba a la altura de los banquillos y el partido se inició sin que se hubiera colocado bajo palos.
"Estaba saliendo del baño y según llegaba al campo he oído el pitido y me ha tocado correr. Seguro que salimos en todos los 'zappings'; pero no solo por mí, sino por el árbitro, que ha pitado. No tiene ningún sentido lo que ha ocurrido, pero se ha quedado en una anécdota y ya está", declaró un todavía perplejo Iraizoz tras el choque.
El guardameta rojiblanco explicó que había ido al servicio, que el delegado del equipo dio aviso al colegiado de la tardanza del portero para que esperara unos segundos antes de pitar el inicio. Pero, visto lo visto, no hizo caso.
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